No podemos decir en que porcentaje un fenómeno meteorológico extremo está afectado por el calentamiento global, pero si podemos decir que a medida que aumente la temperatura global, la probabilidad de que estos fenómenos se produzcan aumenta.
Se trata del peor temporal que ha sufrido el país en los últimos 40 años. Miles de personas han perdido todo lo que tenían en las zonas más afectadas de los alrededores de Ulán Bator, la capital. Lluvias que también han afectado a Japón donde al menos cinco personas han muerto y otras cinco han desaparecido.
Las fuertes lluvias que se han registrado en Mongolia han causado la muerte de, al menos, 24 personas. Se trata del peor temporal que sufre el país en los últimos 40 años.
Y es que miles de personas han perdido todo lo que tenían. Pero los peor parados han sido los que vivían en casas de estructuras endebles en los alrededores de Ulán Bator, la capital. También en la provincia de Gobi-Altai, las labores de rescate se han complicado debido a las fuertes lluvias que todavía azotan el país. La Cruz Roja ha alertado de que en unos días podría declarase la alerta sanitaria en la zona.
Unas lluvias que también están afectando a Japón. Allí al menos cinco personas han muerto y otras cinco han desaparecido en la isla de Kyusu, situada al sur del país. Las lluvias torrenciales registradas este pasado viernes han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra. La agencia meteorológica mantiene la alerta por fuertes lluvias por lo que ya se han desalojado más de 30.000 viviendas.
Pero hay más zonas afectadas y es que esta misma semana otro deslizamiento causó la muerte de 14 personas en la provincia de Yamaguchi.
Los medios estatales chinos informaron hoy de que al menos 53 personas han desaparecido tras un derrumbamiento en la provincia de Sichuan, en el sureste del país.
La agencia oficial de noticias Xinhua dijo hoy que el derrumbamiento se produjo por las lluvias torrenciales acaecidas en la zona, aunque no dieron más detalles sobre el suceso.
Las fuertes precipitaciones y las consiguientes inundaciones han tenido un gran impacto en varias zonas de China en el último mes, con el resultado de 15 excursionistas muertos hace dos semanas cuando escalaban un cañón cercano a Chongqing, en el suroeste chino.
Al menos 36 personas han muerto y más de 5.000 han tenido que abandonar sus casas como consecuencia de las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas registradas en el estado de Orissa, en el este de India, según informaron testigos y autoridades locales.
El agua ha roto los muros de contención de varios ríos de la región y ha anegado miles de viviendas y más de 10.000 hectáreas dedicadas al cultivo de arroz en al menos ocho de los 30 distritos de Orissa.
Muchas zonas del país se han visto afectadas desde hace varias semanas por el monzón, causando sequías en algunas regiones e inundaciones en otras. Las autoridades de Orissa, estado en el que viven 36 millones de personas, han alertado de que se esperan más lluvias en las próximas 48 horas, por lo que el nivel de las aguas podría aumentar aún más.
"Hasta el momento se han reportado 36 muertes relacionadas con las inundaciones", indicó el ministro de Gestión de Desastres de Orissa, Surya Narayan Patro. "El número de desplazados supera los 5.000", agregó. El representante local también aseguró que cientos de personas habían sido rescatadas y que las lluvias habían afectado a viviendas en las que viven unas 500.000 personas.
PEKIN (Reuters) - Las inundaciones e intensas lluvias en el sur de China obligaron a unas 550.000 personas a evacuar sus hogares y dejaron al menos 15 muertos, reportó el domingo la agencia de noticias Xinhua.
Las fuertes lluvias, que se han mantenido por cuatro días en las provincias del sur, han destruido hogares, inundando cultivos, desbordando ríos y causado cortes eléctricos y daño en los caminos. La región de Guangxi ha sido la más afectada, con 285.800 residentes que han debido abandonar sus hogares. Algunos sectores de la región estaban experimentando la peor inundación desde 1996.
La lluvia también inundó 63 colegios y unos 300 estudiantes quedaron atrapados en un internado, pero las autoridades locales pudieron restaurar el servicio de energía eléctrica y entregar alimentos y agua a la población.
Luego de cuatro días de torrenciales precipitaciones, la lluvia comenzó a amainar en algunas partes de Guangxi el domingo, pero las autoridades locales advirtieron que podría haber más inundaciones, dado que el caudal de los ríos se mantenía alto.
Enormes pedazos de hielo golpearon ayer Vitoria tras una jornada tórrida dominada por un sol abrasador. La brutal tormenta no avisó. Sólo unos truenos aislados, mal presagio, dieron una pista de lo que ocurriría sólo unos segundos antes de que el cielo se desplomase. Y sólo unos minutos, entre las cinco y cinco y media de la tarde, fueron suficientes para que la brutal granizada reventase las lunas y abollase la chapa de cientos de coches; desgarra árboles; rompiera claraboyas; destrozara farolas; saturara sumideros, paralizara el tráfico y hasta detuviera el servicio de tranvía. Miles de vitorianos asistieron impotentes al capricho meteorológico que dejó millones de euros en daños materiales, aunque no heridos de importancia. Poco importa si el granizo tenía el tamaño de pelotas de ping pong, de tenis o de futbolín, debate presente en cada esquina de la ciudad hasta bien entrada la noche.
Los mayores daños se registraron en Zabalgana, Ariznabarra, Lakua y en el pueblo de Armentia, pero el granizo puso en jaque a casi toda la ciudad. Todo el cuerpo de Bomberos fue movilizado e incluso se solicitó la colaboración de voluntarios, aunque ni con las seis dotaciones en marcha daban abasto. Su principal cometido era la retirada de cascotes en fachadas, de ramas en árboles maltrechos, achiques de agua y limpieza de vías. Especial atención merecieron los túneles de El Boulevard, de Jacinto Benavente y de la calle Tanis Aguirrebengoa, donde se cortó el tráfico. Y también fueron multitud las calles, como la Avenida, que se tornaron en ríos.
La culpa fue de las hojas. Los gruesos trozos de hielo (llegaron a medirse unidades de cuatro centímetros de diámetro) destrozaron las ramas de los árboles y media ciudad pasó del manto blanco al verde en pocos minutos. Esas hojas taponaron sumideros y agravaron la situación en un alcantarillado que ya no daba de sí para achicar el agua caída en tan poco tiempo, así que la firma de la limpieza, FCC, tuvo que emplearse a fondo.
Por supuesto, todo esto repercutió en el tráfico, también afectado por las balsas de agua que se formaban en calles y rotondas como la de La Antonia, en dirección a los concesionarios de Armentia. Al caos de tráfico se unió la interrupción del servicio de tranvía: una enorme piscina en Duque de Wellington le impedía continuar hacia Ibaiondo, así que terminaba su ruta en esta parada y regresaba a Angulema.