Buenos Aires, 2 ene (PL) El verano austral, que enseñó sus garras el último día del 2007, mantiene hoy su rigor en esta capital y aunque nadie augura plusmarcas, el termómetro arroja significativos datos.
Con la salida del Sol, se registraban poco más de 25 grados centígrados, para antes del mediodía ya alcanzaba 30,2 y se esperan no menos de 37 C.
El 31 de diciembre, alrededor de las 21.00 horas, cuando todos aquí se preparaban para darle el adiós al 2007, la columna de mercurio ascendía a 38,4 grados centígrados, un récord en los últimos ocho años, frente a los 38,2 C del 18 de ese mes en 1992.
Fue una incitación ineludible a encender aires acondicionados y ventiladores, así como a poner al máximo las neveras.
Esto, unido al uso de todas las luces disponibles de cada hogar, con la adición de los tradicionales arbolitos navideños y la profusa iluminación pública alegóricas, provocó una caída del fluido eléctrico que en algunos barrios porteños duró varias horas.
La falta de electricidad y una falla en una planta potabilizadora, generó la baja de presión o la falta total de agua en muchas zonas de la capital argentina, que sólo hoy se restablece paulatinamente, como informó la empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA).
Ayer hubo no menos de 34 grados y para mañana, aunque se pronostican nublados y algunas lluvias dispersas, la temperatura rondará esa cifra.
El próximo viernes, como resultado de precipitaciones, se espera una mejoría, 27 grados la máxima, pero el sábado volverá a escalar, hasta al menos 29 grados y de ahí en adelante nadie se atreve aún a adelantar augurios.
En materia de marcas, la historia del comportamiento climático en Buenos Aires del Servicio Meteorológico Nacional presenta un dato interesante para el verano, iniciado los 22 del último mes del año.
Llama la atención que en el 1995 la canícula se adelantó un poco y el 18 de diciembre se registraron 40,5 grados, la mayor temperatura para este mes en las estadísticas del país.
Noticia de Prensa Latina
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