Al menos 11 personas han muerto y otras 10 se encuentran desparecidas tras la violentísima e inusual tormenta desatada ayer y esta noche en el departamento de Var, en el sureste de Francia. Las imágenes que van vertiendo las distintas televisiones son escalofriantes: una riada enorme de barro y árboles que arrastra decenas de coches a su paso en la ciudad de Draghignan, casas o granjas inundadas o metidas en un lago repentino de varios metros o vehículos amontonados unos encima de otros como fichas de dominó.
Las lluvias, según explicaba el meteorólogo de la cadena francesa i-Télé, han sido "completamente excepcionales". "Ha llovido en un día lo que puede llover en esa región durante seis meses", añadía. Los habitantes de la zona, entrevistados por las cadenas de televisión, aseguran no haber visto jamás nada parecido.
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