Una espectacular tormenta cayó ayer en la ciudad australiana de Perth. El agua, el granizo y los vientos de 120 kilómetros por hora provocaron tales destrozos, que 160.000 personas se quedaron sin luz. Además, muchos árboles se desplomaron sobre las casas, y el agua anegó viviendas y hospitales. El tamaño y la fuerza del granizo también causó importantes daños en los vehículos. Los meteorólogos han advertido de que habrá más tormentas en esta zona en las próximas horas.
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