El temporal de nieve, viento y lluvia que sacude desde la tarde del pasado viernes la mitad noreste de la Península se cobró la vida de cuatro personas en apenas 24 horas. Tres de ellas perecieron en Cataluña, todas a causa de la fuerza del oleaje y de los golpes de mar, entre la tarde del viernes y la madrugada de ayer. También un golpe de mar acabó ayer con la vida de otro hombre en la localidad valenciana de Gandía. El temporal, que alcanzó ayer su intensidad máxima y causó grandes dificultades para el tráfico por carretera en Cataluña y considerables destrozos en varias localidades del litoral de esta región, remitirá hoy, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología.
En Gandía, un varón de 53 años fue tragado por una gran ola a media mañana de ayer. El hombre paseaba junto a una mujer por una escollera del puerto de esta localidad turística y marinera. Al parecer, ambos cayeron al agua a causa de un golpe de mar. Con todo, la policía no descarta que el hombre se lanzara al agua para auxiliar a la mujer. Enseguida llegaron efectivos de rescate de la Policía Nacional y de la Autoridad Portuaria. Uno de los policías pudo salvar a la mujer, una rusa de 45 años, y devolverla a tierra con vida. No se pudo alcanzar al varón, un vecino de la localidad de Simat de la Valldigna. Su cadáver fue recogido por una embarcación de Salvamento Marítimo. Médicos y sanitarios trataron sin éxito de reanimarlo durante media hora.
Otra ola segó la vida de un varón en el puerto Olímpico de Barcelona. El hombre, vigilante de un almacén, estaba en el muelle de Gregal cuando fue arrastrado por la fuerza del agua. Su cadáver fue localizado por agentes de seguridad del puerto poco después de las cuatro de la mañana de ayer.
También en Barcelona, un vigilante de seguridad que prestaba servicio en el puerto moría al ser arrastrado por el oleaje el vehículo en el que viajaba. Ocurrió poco antes de las siete de la tarde del viernes en el dique sur del Puerto de la Ciudad Condal, en el término municipal del Prat del Llobregat. El vigilante viajaba junto a otra persona que logró abandonar el vehículo y ponerse a salvo. Este acompañante sufrió heridas de consideración que obligaron a su ingreso en un centro hospitalario. El cadáver del vigilante fue rescatado de las aguas horas después del accidente por fuerzas de las policías autónoma y municipal y del cuerpo de bomberos.
También el viernes el mar se cobró la vida de un submarinista que practicaba una inmersión en la zona costera de la localidad barcelonesa de Sant Andreu de Llavaneres. El hombre buceaba junto a un grupo de amigos que nada pudieron hacer por salvar su vida cuando el mar se embraveció. Uno de los compañeros insistió en que los tres eran buceadores muy experimentados y en que no cometieron imprudencia alguna. Aseguró que cuando comenzaron la inmersión, a primera hora de la mañana, el mar estaba en calma.
Información del Diario Montañes